Sexualidad infantil

Sexualidad infantil

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Sexualidad = tabú. ¿Para quién? ¿Por qué?
¿Qué criterios adoptar para dar respuestas a las inquietudes de los más chiquitos?

Debemos aclarar que cuando hablamos de sexualidad para un niño, no nos referimos al intercambio sexual con otro, tal como la conciben los adultos, sino que se trata de una sexualidad orientada a la producción de placer a partir de las llamadas zonas erógenas: éstas son las diferentes partes del cuerpo que constituyen lugares de intercambio: de entrada y salida del cuerpo del niño (boca-ano-genitales, etc.)

Existen dos preguntas básicas que inician la curiosidad sexual y que aparecen entre los 2 y 3 años: se refieren al origen de los niños y a la diferencia de sexos.
A partir de los 4 años aproximadamente, es recién cuando están preparados los chicos para recibir una respuesta más completa y elaborada.
Lo más importante es que aparezca por parte del niño alguna pregunta o indicio que demuestre su curiosidad sexual.
La respuesta a esa curiosidad como a cualquir otra, no debe considerarse como única y absoluta.
Las respuestas que deben dar los padres deben ser orientativas o que sirvan como guías. Dar respuestas implica abrir una puerta para poder pensar; para que el niño pueda comenzar a producir su propio pensamiento.
Planteadas de esta manera las cosas, es menor el peso que recae sobre la respuesta de los padres, porque no hay una sola manera de dar una respuesta, ya que ésta se va construyendo de a poco, a partir de lo que dicen los padres pero también desde lo que el niño puede elaborar y pensar solo. Es importante que los padres, antes de dar una respuesta, discutan entre ellos los criterios que seguirán: qué les parece importante decir y qué no; si van a utilizar algún recurso como un libro o una película, etc.
Es fundamental no dar largas explicaciones acerca de cómo son las cosas. El niño espera una respuesta sin mayores descripciones. Cuando sea más grandecito, solito irá elaborando nuevas preguntas (signo que ha madurado), e irá indagando más detalles acerca de los diferentes temas.

sexualidad infantil

En principio sólo le interesa saber de dónde vienen los bebés; cómo entran en la panza de la mamá, cómo salen, por dónde lo hacen; si los papás participan y de qué manera. Respecto de la diferencia sexual, inicia su pensamiento señalando diferencias de género para poder pensar posteriormente en la diferencia sexual. Pero todas estas preguntas no las van a realizar en una sola oportunidad. Lo ideal es contestarle en forma clara y sencilla, en un lenguaje que sea capaz de comprender y con naturalidad, sin mentiras ni términos que le sean desconocidos. Esto hará que ante la próxima duda que le surja, recurra nuevamente a quien le pudo aclarar sus inquietudes sin temor a ser rechazado o sentirse avergonzado.

En el caso que en el momento de la pregunta no se tenga en claro qué respuesta brindarle, se le puede decir que más tarde se le contestará, y luego debe ofrecérsele la respuesta.
Desde los comienzos es importante tanto para los niños como para los padres no mentir; responder tan sólo por lo que el niño quiere saber y decirle siempre la verdad.
En síntesis, se puede decir que lo que los niños piensan a partir de la sexualidad es entender de qué se trata la vida, el origen de la existencia y por qué cada uno es como es (nene o nena) y qué tiene de diferente el otro.
Los padres son los encargados de acompañar a sus hijos en este aprendizaje, proporcionándoles las herramientas para que desarrollen su propio pensamiento y vuelvan a preguntar.

• Lic. Mara Sverdlik
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